El novio de Jackie viene donde Jenni a pedir su mano, tambien en este mismo video dona Rosa, la madre de Jenni aprende a manejar carro.
Aqui les presento otra porcion de la novela de Jenni
Este
re-encuentro con su hermano Lupillo tomó lugar en el mismo mes en que Jenni
había anunciado su divorcio en las redes sociales.
Su
reconciliación con su hermano Lupillo era un bálsamo que aliviaba sus heridas en
medio de su sufrimiento por el divorcio que había iniciado.
Un bálsamo a
su dolor fue el día en que Jackie vestida con un hermoso traje blanco desfiló
al altar para ser entregada por su madre a su esposo Mike.
Jenni estaba
feliz aquel día porque su hija al fin iba a tener un compañero.
Mike sería un
apoyo en su vida que la ayudaría con la crianza de su hijita Jayla.
Jenni no escatimó en gastos para celebrar la boda
de su hija y la prensa fue invitada a filmar el evento que tanto la llenaba de
orgullo.
Dos semanas
más tarde otro evento social llamó la atención de la prensa.
Los quince años de su hija Jenicka, los cuales
Jenni le celebró en grande en Los Angeles, California y también la hizo muy
feliz.
Estos tres
eventos serían recordados por sus hijas y Lupillo y jamás saldrían de sus
memorias aunque pasaran los años.
Sin embargo,
la prensa implacable no dejaba de comentar sobre su divorcio de Esteban Loaiza
y se enfocaba en el sufrimiento que Jenni estaba atravesando.
Los chismes
no esperaron para rodear la vida de Jenni Rivera y especular sobre los motivos
por los cuales Jenni había decidido disolver su matrimonio con Esteban Loaiza.
Estas
especulaciones tuvieron que ser muy dolorosas para ella pues involucraban a
otros miembros de su familia tales como a su hija mayor, Chiquis.
En medio de
aquellos quebrantos emocionales que la vida la hacía sujeta, Jenni siempre
tenía etapas felices en su vida, como el día en que había nacido su segunta
nieta, Luna, la hija de Michael y Drea, su nuera a la cual Jenni tanto quería y
respetaba.
El
nacimiento de su segunda nieta trajo muchas ilusiones a la vida de Jenni. Sentía que Jayla y Luna crecerían como
hermanitas y ella sería la abuelita perfecta para ambas.
Sin embargo
a pesar de aquella enorme alegría de ser abuela por segunda vez, el sufrimiento
que embargaba a Jenni por causa del inminente divorcio de su esposo, le causaba
un dolor muy difícil de soportar.
Poco antes
de su divorcio con Esteban, sin sospecharlo, Jenni sufriría el impacto de una
noticia que le iba a doler demasiado.
Uno de sus
mejores amigos, un ex empleado con el cual había compartido mucho pues había
sido su chofer por muchos años, había caído repentinamente enfermo.
—Jenni,
Chavita, está muy mal, parece que tiene cáncer —le había dicho una persona
allegada a ambos.
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